El presidente afgano, Ashraf Gani, tendió la mano a los talibanes ofreciéndoles un diálogo “sin precondiciones ni restricciones”, su reconocimiento político y una ruta hacia un proceso de paz que ponga fin a más de 16 años de conflicto.
En la apertura de la segunda ronda del Proceso de Kabul, un mecanismo lanzado en junio del año pasado por el Gobierno afgano, con acompañamiento internacional, que busca impulsar un plan de paz en Afganistán, Gani presentó su oferta más ambiciosa hasta el momento para tratar de llevar a los talibanes a la mesa de diálogo tras reiterados fracasados en su empeño.
LES OFRECE “REUBICAR A SUS FAMILIAS”
Para ello, Gani se mostró dispuesto a dar pasos en el proceso legal para eliminar las sanciones contra los talibanes por parte de la comunidad internacional, expedir los pasaportes que les permitan viajar y tener una oficina de representación política.
También se tomarían medidas para la liberación de prisioneros, para que los talibanes pudieran acceder a los medios de comunicación y para la “reubicación de sus familias”.
El presidente afgano propuso un plan dividido en tres fases que implicarían la creación de un marco político y el establecimiento de un alto el fuego, así como el reconocimiento de los talibanes como un grupo político legítimo.